América Latina y el Caribe perdió 50 mllns. de empleos

Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el 2020 las Américas perdieron el equivalente a más de 50 millones de puestos de trabajo.

Al año siguiente la situación mejoró, pero “del total de los empleos recuperados alrededor del 70% se dan en la informalidad, son de baja productividad, con bajos salarios y sin ninguna cobertura de protección social”, afirmó Luis Almagro, secretario general de la OEA, ante el Consejo Permanente, su órgano ejecutivo.

Aunque la pandemia ha causado estragos en la región, lo cierto es que incluso antes “estábamos creciendo muy lentamente, alrededor del 2.2%, cuando el resto del mundo estaba al 3.1%”, explicó el economista del Banco Mundial, William Maloney, durante esta sesión.

“Podríamos decir: bueno, dependemos mucho de los precios de las materias primas y estaban cayendo”, pero “necesitamos analizar por qué seguimos dependiendo tanto” de ellas, añade el experto, para quien la región “está estancada y gruñona”.

Y cita varios factores que la ponen de mal humor: un avance desigual en la vacunación anticovid-19, lo cual afecta al turismo, progresos insuficientes en la lucha contra la pobreza, una contracción de la clase media, salarios estancados, fondos de pensiones poco rentables y un bajo nivel de la enseñanza pública.

El capital humano es clave para mejorar la productividad, estimó Diego Restuccia, catedrático de la Universidad de Toronto.

“No es solo cuántos años de educación tenemos, sino la calidad de nuestra educación”, añade Restuccia, quien insiste en mejorar la asignación de recursos.

“Hay que hacer que los recursos vayan a sectores más productivos” y “desarrollar las capacidades tecnológicas” con “empresarios que sean capaces de evaluar tecnologías y riesgos”, apunta Maloney.

Migración

Una de las consecuencias de esta baja productividad es la migración, pero también entraña ventajas, señaló el presidente del Instituto de Políticas Migratorias (MPI), Andrew Selee.

Explica que a diferencia de la última ola de migración, en que la gente se iba del Caribe y América Latina a América del Norte y Europa, ahora hay “una nueva era” mucho más multidimensional, con desplazamientos entre países de la región y diásporas que regresan.