Caballito de mar, especie mítica del Caribe

El caballito de mar (Hippocampus) es una de las especies míticas del Caribe. Derivado del impacto del sargazo, la pesca furtiva y alteración de su hábitat se ha visto mermado en su población, expresó Adán Caballero Vázquez, investigador de la Unidad de Ciencias del Agua del Centro de Investigación Científica de Yucatán A. C., quien explicó que la península es un espacio importante para esta emblemática especie, que cumple una función para la conservación marina y la protección de hábitats clave ante la emergencia climática.

Indicó que el caballito de mar es un pez con forma equina resultado de la evolución, que puede vivir de uno a cinco años, medir hasta 29 centímetros de largo y pesar poco menos de 500 gramos en edad adulta. Tres de las cuatro especies de hipocampos que se encuentran en México viven en las costas a lo largo del Golfo de México, la península de Yucatán y el Mar Caribe.

Datos aportados por estudios científicos refieren que el caballito de mar está presente en el planeta desde hace 40 millones de años y sirve para monitorear la salud del ecosistema con parámetros adecuados de oxigenación y temperatura, así como para regular la existencia de pequeños crustáceos, pulgas de agua y larvas de peces.

El cuerpo de los caballitos de mar está cubierto por una armadura de placas o anillos de constitución ósea. Su forma de nadar es muy diferente a la de los demás peces, así como la característica de tener el cuerpo en ángulo recto con la cabeza, hecho que no se da en ningún otro género conocido de peces.

En esta especie, el macho se ocupa del desarrollo de los huevos. La hembra usa su ovopositor para insertar los huevos maduros dentro de la bolsa incubadora del macho, en donde son fertilizados. Esta bolsa de nominada marsupio permite diferenciar externamente los sexos, se transforma facilitando nutrientes a los embriones, los que en unas tres semanas están preparados para afrontar por sí mismos la aventura de su vida.

El período de gestación dura entre diez días y seis semanas, dependiendo de las especies y de la temperatura del agua del mar. Tienen entre diez y más de 400 crías, dependiendo del número de apareamientos y de la especie que se trate.

Los caballitos de mar son depredadores de pequeños invertebrados. Poseen un sistema visual con ojos que tienen movilidad independiente entre sí, que les ayudan a reconocer sus presas, pequeños crustáceos que forman parte del zooplancton. Cuando la presa se pone a su alcance es aspirada a través de su hocico óseo por medio de un rápido movimiento de su cabeza. Tragan enteras a sus presas al no disponer de dientes y se ven obligados a consumir grandes cantidades de comida, ya que prácticamente carecen de estómago.

La amenaza

Caballero Vázquez declaró que ha hecho análisis sobre todo en Punta Cancún y las lagunas Bojórquez y Nichupté, donde la reducción de los pastos marinos limita el hábitat para que vivan ésta y otras especies. Expuso que en realidad hay pocos datos para determinar el estado actual de la población de los caballitos sobre todo en el Caribe Mexicano.

De acuerdo con el especialista, hay datos que determinan que en algunos sitios las poblaciones están bajan do de manera considerable, porque por ejemplo está reduciendo la cobertura de pastos marinos y arrecifes, que son el hábitat donde se alimentan y cumplen su ciclo de vida. Señaló que al tener menos lugares disponibles para su protección, quedan más expuestos, entre otras cosas, a la depredación de otras especies y del ser humano.

Añadió que el sargazo ha causado afectaciones importantes, y todo ese problema lo han documentado y cuantificado en las muestras que analizan los expertos dentro de la macroalga: “analizamos la fauna asociada y entre las diferentes especies de peces, está el caballito de mar”. Precisó que otra actividad indebida que acaba con el hipocampo es la pesca para venderlos en los acuarios, a pesar de ser especies protegidas por la NOM-59-2012 y la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).

“En un estudio que hicimos hace un par de años en Bojórquez y Nichupté encontramos una población interesante, no recuerdo cuántas especies, pero el problema más importante, infiero yo, sin tener todos los datos porque no los hay, pero revisando un poquito a la situación, es que hay mucha gente que se dedica a sacarlos para venderlos en acuarios. Identificamos algunos sitios donde personas se dedican a sacar sobre todo caballitos de mar y algunas otras especies arrecifales juveniles que están en la zona de pastos de la laguna y allí aprovechan para saquearlos y luego los venden”, dijo.

Apuntó que son poblaciones relativamente bajas, y todo este tipo de eventos con el sargazo y exceso de saqueo tiende a reducir su cantidad y por ende pone en estrés a otro tipo de fauna marina. Mencionó que pese a que el hipocampo es importante porque monitorea la salud del ecosistema, lamentablemente es capturado para luego inclusive ser traficado para hacer pomadas y curar la impotencia sexual masculina.