Contagiarse COVID-19 en el embarazo aumenta el riesgo de parto prematuro
Según un estudio publicado en The Lancet, las mujeres que contraen la enfermedad durante la gestación tienen mayor posibilidad de que el embarazo no llegue a término. Los expertos insisten con la vacunación en este grupo a medida que avanza la variante Delta
Se sabe que las mujeres embarazadas integran los llamados grupos de riesgo frente al COVID-19, y ahora una reciente investigación dio cuenta de que el riesgo de parto muy prematuro, que se produce con menos de 32 semanas de gestación, era un 60% mayor en las personas infectadas con COVID-19 en algún momento de su embarazo.
Asimismo, era un 40% mayor en las que estaban infectadas.
En el caso de las mujeres que, además de COVID-19 tenían hipertensión, diabetes y/u obesidad, el riesgo de parto prematuro aumentaba un 160%, según se reflejó en el trabajo publicado en The Lancet Regional Health-Americas.
Cabe aclarar que por definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se considera prematuro un bebé nacido vivo antes de que se hayan cumplido 37 semanas de gestación. Los niños prematuros se dividen en subcategorías en función de la edad gestacional: prematuros extremos (menos de 28 semanas), muy prematuros (28 a 32 semanas) y prematuros moderados a tardíos (32 a 37 semanas).
“El nacimiento prematuro se asocia con muchos resultados desafiantes para las personas embarazadas y los bebés, y los nacimientos muy prematuros conllevan el mayor riesgo de complicaciones infantiles”, aseguró la autora principal del trabajo, Deborah Karasek, profesora asistente en el Departamento de Obstetricia, Ginecología y Ciencias de la Reproducción, e investigadora de la Iniciativa de Nacimiento Prematuro de California en dicha universidad.
“Nuestros resultados señalan la importancia de las medidas preventivas para reducir la infección por COVID-19 entre las personas embarazadas para prevenir el parto prematuro, incluida la vacunación -agregó la experta-. Las personas embarazadas pueden tener preocupaciones sobre las vacunas y la salud de su bebé, por lo que poder mantener un diálogo abierto que valore esas preocupaciones, describa las pruebas sobre la seguridad y transmita los riesgos que supone la infección por coronavirus durante el embarazo es de vital importancia”.
El 30 de julio, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) emitió una guía actualizada en la que se recomienda encarecidamente que todas las personas embarazadas se vacunen contra el COVID-19. Las embarazadas se consideran una población de alto riesgo de infección por COVID-19, pero menos de una cuarta parte ha recibido al menos una dosis de la vacuna, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
En tanto los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) instaron a todas las mujeres embarazadas a recibir la vacuna COVID-19, ya que los hospitales en los puntos críticos de los EEUU ven un número inquietante de madres no vacunadas que están gravemente enfermas con el virus.
Las mujeres embarazadas corren un mayor riesgo de enfermedades graves y complicaciones del embarazo por el coronavirus, incluidos quizás abortos espontáneos y mortinatos. Pero sus tasas de vacunación son bajas, y solo alrededor del 23% recibió al menos una dosis, según datos de los CDC.
“Las vacunas son seguras y efectivas, y nunca ha sido más urgente aumentar las vacunas mientras enfrentamos la variante delta altamente transmisible y vemos resultados severos de COVID-19 entre las personas embarazadas no vacunadas”, dijo la directora de los CDC, la doctora Rochelle Walensky, en un comunicado. declaración.
Las limitaciones del análisis, según concluyeron los investigadores del estudio, incluyen la falta de información sobre el momento del diagnóstico de COVID-19 durante el embarazo e información detallada sobre la gravedad de la infección. Las mujeres embarazadas tenían que dar positivo en la prueba al momento del parto o tener un resultado previo documentado en su registro. Por lo tanto, era menos probable que se capturaran los diagnósticos de COVID-19 que ocurrieron antes en el embarazo, especialmente para las personas embarazadas que pudieron haber buscado menos atención prenatal durante la pandemia. A medida que avanza el trabajo en esta área, el momento de la exposición será fundamental para dilucidar las asociaciones con el parto muy prematuro, el parto prematuro y el parto prematuro a término.
Fuente: Infobae