Crean malla de nanofibras que podría ser la solución a la escasez mundial de agua potable
Con esta nueva tecnología, se podría lograr un proceso de desalinización más eficaz del agua del mar, sin prácticamente afectar al medioambiente.
Para noviembre de 2020, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) dio a conocer un informe en el que se detalla que más de 3 mil millones de personas en el mundo son víctimas de la escasez de agua que se vive hoy en día por el calentamiento en la Tierra.
De acuerdo con la ONU, al menos 1500 millones de personas viven en zonas en que las sequías no dan tregua, por lo que la escasez de agua es casi inevitable. Así, sin agua, es muy difícil mantener viva la agricultura, por lo que es en este problema donde radica la preocupación de las otros 1500 millones de personas.
“Debemos tomarnos muy en serio tanto la escasez de agua derivada del desequilibrio entre la oferta y la demanda de recursos de agua dulce, como la escasez reflejada en patrones de lluvia inadecuados, pues ahora son la realidad con la que todos vivimos (…) La escasez de agua y la escasez en la agricultura deben abordarse de inmediato y con valentía “, explicó Qu Dongyu, director general de la FAO.
Pensando en esto, un grupo de investigadores coreanos desarrollaron una nueva tecnología que, con base en la desalinización, ayuda a convertir el agua del mar en potable en cuestión de minutos.
Para esto, los científicos se apoyaron en una membrana de nanofibras, cuya desalinización del agua marina logró descartar el 99,9 % de su sal.
“La membrana coaxial de nanofibras electrohiladas tiene un gran potencial para el tratamiento de soluciones de agua de mar sin sufrir problemas de humectación y puede ser apropiada para aplicaciones de destilación por membrana a escala real”, explicó el Dr. Yunchul Woo, científico de materiales del Instituto de Ingeniería Civil y Tecnología de la Construcción de Corea.
De acuerdo con el estudio, este método funciona como un filtro de agua tradicional, cuya membrana recoge la salinización del líquido, arrojándolo en un estado que pueda ser apto para el consumo humano. Sin embargo, este tipo de métodos, durante varios años, han sido altamente criticados por sus limitantes claras: si la malla se moja mucho o se inunda, simplemente no puede filtrar el agua haciendo que la sal se repose y no pueda ser rechazada. En consecuencia toca esperar un tiempo prudente para la que membrana se seque por completo, o es obligatorio usar otro tipo de soluciones como el aire presurizado para lograr destapar sus poros, lo que por supuesto resulta en pérdida de tiempo y recursos.
En respuesta a este problema, el equipo dirigido por Woo decidió, además de implementar la membrana a su filtro, hacer que esta tuviera entre sus fibras una nanotecnología denominada como electrohilado, con la cual se le pudo dar la cualidad de superhidrofóbica. Es decir, este método hizo de la membrana una superficie mucho más rugosa, mientras que la conductividad térmica disminuyó, logrando así desalinizar el agua de mar por lo menos 30 días antes de tener que cambiarla.
Cabe recordar que esta opción, además de poder combatir a la escasez de agua, también sirve como una ayuda al medioambiente, ya que pueden actuar como reemplazo para las actuales plantas desalinizadoras del mundo. Actualmente hay unas 20 mil de estas empresas en el mundo, que además de requerir una gran cantidad de electricidad para funcionar también dejan grandes residuos de salmuera (agua salada concentrada tras el proceso de filtrado) en el planeta.
De acuerdo con National Geograpich, la salmuera que deja una sola planta desalinizadora podría ser 1.5 veces más que el agua destilada. Por esto, la importancia de centrar esfuerzos en nuevas tecnologías que, además de cuidar la salud del hombre también aporten a la preservación del medioambiente.
Fuente: Infobae