Descubren entierros prehispánicos de 2,000 años de antigüedad en Tabasco

En la zona Moral-Reforma, ubicada en el estado de Tabasco, México, arqueólogos del INAH localizaron dos grupos de entierros prehispánicos. En su momento de máximo esplendor, esta ciudad fue un punto estratégico para la navegación y el comercio. A través de esta zona, transitaban mercancías provenientes del Golfo de México hacia la actual Guatemala y viceversa.

Dos entierros prehispánicos

El descubrimiento se realizó durante las tareas de conservación e investigación del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas. Los entierros están asociados a la Estructura 18 del sitio, un templo situado en su plaza oriente, y se agrupan en dos conjuntos.

El primero se ha fechado preliminarmente en el periodo Clásico Tardío (600 – 900 d.C.), coincidiendo con el apogeo de Moral-Reforma. Lo componen los restos de 13 individuos, en su mayoría hombres jóvenes. Esta evidencia apunta a un culto funerario en el templo. De acuerdo con el arqueólogo Francisco Apolinar Cuevas Reyes, perteneciente al Centro INAH Tabasco:

“DE ESE NÚMERO DE ENTIERROS (13) SE CONTABILIZARON OCHO INDIVIDUOS QUE DEBIERON SER DECAPITADOS Y PARTES DE SUS CUERPOS DESMEMBRADAS Y COLOCADAS SEPARADAS, PARA CONSAGRAR EL TEMPLO,” EXPLICA EL ESPECIALISTA.

Por otro lado, el segundo agrupamiento se encontró debajo del primero, y puede corresponder al periodo Preclásico Tardío (250 – 300 d.C.). En la ofrenda, además de las osamentas, se hallaron 567 objetos entre los que se cuentan caracoles, vasijas, puntas de proyectil y cuentas de jade y concha. También se han identificado 7 entierros individuales y varios múltiples, dando un estimado de 12 cuerpos presentes en este conjunto.

Deformaciones de cráneo

En ambos entierros se encontraron individuos con deformaciones craneanas. Según el arqueólogo Cuevas Reyes, este rasgo se conseguía “mediante el entablillado de la cabeza a temprana edad, porque elevaba el estatus de los individuos en la sociedad maya precolombina.”

El estudio continúa

La temporada de excavación llevada a cabo entre enero y marzo de este año dio prometedores resultados. El estudio de estos materiales continúa, por lo que la información proporcionada es preliminar, y se espera que en el futuro nos ayude a comprender mejor a los pueblos maya, que han habitado Centroamérica y el sur de México durante milenios.