Disparos en la playa: la violencia golpea el Caribe mexicano
La Riviera Maya es un paraíso la mayor parte del tiempo: playas de arena fina con cocoteros, pirámides junto al mar azul-turquesa, buceo en los arrecifes de coral. Esta región turística mexicana en la costa del Caribe sabe cómo impresionar, pero varios tiroteos recientes empañaron su imagen. Incluso extranjeros perdieron la vida.
Una tarde soleada hace tres meses, 15 personas armadas irrumpieron en la costa de Puerto Morelos, al sur de Cancún. Corrieron por la arena con armas largas entre las «palapas» (construcciones de techo de palma) de un hotel, como se vio en las cámaras de seguridad, y mataron a dos vendedores de droga. Después se escaparon en lanchas rápidas. Cuando sonaron los disparos, los turistas y empleados se refugiaron en áreas internas del hotel. No hubo más víctimas.
Tuvieron suerte. Una turista alemana y una bloggera de viaje india, en cambio, fueron asesinadas dos semanas antes de ese episodio en Tulum, un destino de moda. Estaban cenando en distintas mesas del bar «La Malquerida» cuando empezó un tiroteo. Vendedores de droga perseguían a un miembro de una banda rival, que se metió en el local y respondió desde adentro a los disparos. La Policía recogió 25 casquillos de bala percutidos. Dos alemanes y una holandesa, además, resultaron heridos.
«Tenemos problemas de ‘narcomenudeo’ (venta de drogas), una gran demanda y oferta de estas sustancias», dijo el fiscal general del estado de Quintana Roo, Óscar Montes de Oca, a la televisora Televisa. «Y eso es lo que ha generado estos conflictos, que terminan en actos violentos».
Grandes cárteles y bandas locales pelean por lugares de venta y por el negocio de las extorsiones, de las que no se salvan ni pequeños ni grandes comercios. Hasta taxistas y vendedores ambulantes deben pagar. Hace poco fue asesinado el gerente argentino del famoso club de playa «Mamita’s» de Playa del Carmen por razones aún no esclarecidas.
También grupos de delincuencia transnacional están presentes en la región. Dos canadienses que fueron asesinados a finales de enero en un hotel de Xcaret, cerca de Playa del Carmen, tenían antecedentes en su país por tráfico internacional de droga y otros delitos. De acuerdo con las investigaciones, fueron asesinados por encargo por un problema de deudas económicas.
Los propietarios de hoteles y restaurantes están preocupados. Estados Unidos, Canadá y Alemania emitieron alertas de viaje por la violencia. No son buenas noticias para una región que vive del turismo. Este tipo de ataques tiene «impacto mediático», aunque en general los delitos estén a la baja en Quintana Roo, lamentó el gobernador Carlos Joaquín en una entrevista con Radio Fórmula.
Millones de turistas visitan cada año los destinos de vacaciones más famosos de México en la costa noreste de la península de Yucatán. Durante la pandemia de coronavirus, incluso, siguen llegando. México apostó por una política de puertas abiertas: no pide ni pruebas de laboratorio ni certificados de vacunación a los que quieran entrar en el país.
El negocio de venta de drogas tiene un valor anual de unos 4,9 millones de dólares (4,3 millones de euros) tan solo en el área turística de Cancún, dijeron al diario «Reforma» fuentes de seguridad nacional.
«En Quintana Roo siempre ha habido venta de drogas y prostitución. El turismo acá es intocable. No hay controles», dijo a la agencia alemana de noticias dpa Azucena García. Bióloga de profesión, García forma parte de la iniciativa ciudadana Observatorio de Seguridad y Género de Quintana Roo. Según señala, en la región hubo también un desarrollo no sostenible del turismo con consecuencias negativas para el medioambiente y las personas.
En la franja costera de Tulum en los últimos años se construyó un hotel tras otro, muchos de los cuales se publicitan como «eco-chic». En el camino hubo destrucción de manglares, se contaminaron aguas subterráneas y la selva se usa como basurero al aire libre.
Cada vez más soldados patrullan ahora las playas. Forman parte de un batallón especial de la Guardia Nacional creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador para resguardar a los turistas. El gobierno de Quintana Roo planea también reuniones de seguridad para intercambiar información con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, la agencia antidrogas DEA de ese país y la Policía canadiense. Y es que pronto llegarán más turistas. Un nuevo aeropuerto en Tulum y el llamado Tren Maya se encargarán de ello a partir de finales de 2023.