El Ángel de la Independencia: la historia del monumento más emblemático de la Ciudad de México

El monumento comenzó a construirse en 1902 pero se inauguró en 1910, en conmemoración del centenario de la Independencia de México

La Ciudad de México tiene muchas atracciones y monumentos históricos que son emblemáticos y un referente cultural. Muchas de las grandes avenidas que dibujan los caminos de la capital tienen un sin fin de historias y han sido testigos de algunos de los eventos históricos más importantes de México.

Paseo de la Reforma es una de esas importantes avenidas que durante décadas ha ido evolucionando, al ritmo que lo ha hecho la capital mexicana. Fue mandada hacer por el emperador Maximiliano de Habsburgo, desde la década de 1860. En esta importante y emblemática avenida hay algunos de los monumentos más importantes de México. Uno de ellos es el Ángel de la Independencia. Este se podría decir, es el monumento más representativo de la capital de México.

Pero en realidad, muy pocas personas conocen la historia que hay detrás de este.

La historia del Ángel, como popularmente se le conoce, se remonta a los tiempos porfirianos, pues se inauguró en 1910, cuando el expresidente Porfirio Díaz aún era mandatario del país, y se encontraba en sus últimos meses como presidente.

Antes de su inauguración, los cimientos y la construcción del monumento llevó varios años. En sí, comenzó a construirse a inicios del siglo XX, en 1902. El 2 de enero de ese año se puso la primera piedra. En aquella ocasión, también se situó dentro de ella un cofre con el acta de Independencia de México, acompañado de una serie de monedas de la época.

La obra fue encargada a un célebre arquitecto mexicano de aquellos tiempos, llamado Antonio Rivas Mercado, mientras que las esculturas y bajo relieve fueron diseñados por Enrique Alciati, otro arquitecto destacado de la época, pero de origen italiano.

El monumento tuvo un costo total de 2 millones 150 mil pesos de la época.

Fue el 16 de septiembre de 1910 cuando por fin se inauguró la célebre obra por Porfirio Díaz, la cual se hizo con la intención de conmemorar el centenario de la Independencia de México.

El diseño de la Columna de la Independencia estuvo inspirada en la Columna de Trajano en Roma y la Columna de la Victoria en Berlín. Incluyendo el Ángel, mide 45 metros. Éste último, también conocido como la Victoria Alada, es una escultura de bronce con recubrimiento de oro que mide 6.7 metros y pesa alrededor de 7 toneladas. En su mano derecha sostiene una corona de laurel en actitud de colocarla sobre la cabeza de los héroes, mientras que en su mano izquierda sostiene una cadena rota de tres eslabones. Esta simboliza el final de los tres siglos del dominio español.

Justo debajo de la Victoria Alada, en la columna, hay una caseta que da acceso a una pequeña terraza que sirve como mirador. La columna está estructurada en acero, y es de tipo tritóstila. Además, está recubierta con piezas labradas de chiluca y fue decorada con figuras de palmas, guirnaldas y dos anillos que llevan los nombres de Agustín de Iturbide, Juan Aldama, Ignacio Allende, López Rayón, Hermenegildo Galeana, Mariano Matamoros, Guadalupe Victoria y Manuel Mier y Terán.

Fuente: INFOBAE