El ecoparque en construcción de la Ciénaga de Mallorquín en Barranquilla
Comprendiendo la relación que ha de existir entre el desarrollo y la naturaleza, Barranquilla aspira a convertirse en la primera biodiverciudad de Colombia. Desde los últimos 14 años, las administraciones distritales han estado apostando por la transformación urbana a través de proyectos de infraestructura azul y verde, en búsqueda de nuevas oportunidades de desarrollo económico, social y urbano. El ecoparque de la Ciénaga de Mallorquín se presenta como una de las obras más emblemáticas de la ciudad debido a su desarrollo técnico e ingeniería, funcionando de referente para las obras de infraestructura.
Barranquilla es agua y presenta un gran potencial de crecimiento habiéndose, en primera instancia, conectado con el río Magdalena desde el Gran Malecón, diseñado por Puerta de Oro, y ahora reconectándose con la ciénaga y el mar Caribe a través de la ciénaga de Mallorquín. El ecoparque representa la punta de lanza de Barranquilla como Biodiverciudad y es considerado una megaobra de ingeniería única en el Caribe debido a su construcción sin concreto. Además, reúne una inversión que se expande más allá de su construcción alcanzando la recuperación de la playa de Puerto Mocho y la zona del tren turístico, y buscando garantizar el saneamiento del cuerpo de agua y sus vertimientos.
“La Recuperación Integral de la ciénaga de Mallorquín, es el proyecto ambiental más importante del Caribe colombiano, que además contempla el desarrollo social y económico. Puerta de Oro – Empresa de Desarrollo Caribe, a través de la estructuración y el diseño del proyecto, contribuye con la recuperación de ecosistemas, fomenta el desarrollo urbano y la creación de espacios para el disfrute de todos”- Ricardo Vives, Presidente de Puerta de Oro.
El proyecto se diseñó considerando los espacios de la naturaleza para que las personas disfruten de espacios de ocio dentro de la ciudad manteniéndose en contacto con la misma y a la vez conservándola y protegiéndola. La propuesta ofrece desarrollo económico para las comunidades con una oferta de servicios turísticos y gastronómicos, y también desarrollo social, en pos de contar con una sociedad que sea capaz de entender el valor del medio ambiente.
El proyecto se divide en 4 unidades funcionales diseñadas en estructuras palafíticas. Consta de un sistema constructivo con pilotes de madera, que son hincados en el fondo de la ciénaga a través de unos amarres donde es posible ubicar las plataformas para los senderos peatonales.
Unidad Funcional 1: Las personas podrán caminar sobre la ciénaga y disfrutar de los mangles. Incluirá un mirador en altura para el avistamiento de aves, una zona para deportes náuticos, graderías para actividades culturales y restaurantes.
Unidad Funcional 2: Contiene una zona de manglario y acuario, plazas de descanso, un muelle y piscina natural, senderos de cicloruta, pasarelas y zonas de parqueadero.
Unidad Funcional 3: Se construirá un biomuseo para la toma de conciencia sobre el estado de la ciénaga, sus especies, cuidado y conservación mediante actividades lúdicas y recreativas que garanticen el entendimiento de sus dinámicas. Se pretende fomentar el espíritu científico y promover la conservación del ecosistema acuífero.
Unidad Funcional 4: Su objetivo es brindar un espacio público para los habitantes en cercanía al agua y evitar el crecimiento descontrolado sobre la rivera de la ciénaga. Se utiliza una plataforma circular sobre la ciénaga para programas de concientización.