El gasto público en salud en América Latina y el Caribe corresponde a un 3,8% del PIB, lejos de la recomendación de la OMS
La pandemia del COVID-19 ha abierto una ventana de oportunidad para transformar los sistemas de salud de América Latina y el Caribe y avanzar en universalidad, integralidad y sostenibilidad financiera, plantearon autoridades de Chile y especialistas internacionales reunidos en un seminario celebrado este miércoles en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en Santiago, Chile.
El Seminario internacional: Aprendizajes y lecciones internacionales para avanzar hacia sistemas de salud universales, integrales y sostenibles contó con palabras inaugurales de Mario Cimoli, Secretario Ejecutivo Interino de la CEPAL; María Begoña Yarza, Ministra de Salud de Chile; y Carissa F. Etienne, Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con la moderación de Alberto Arenas de Mesa, Director de la División de Desarrollo Social de la CEPAL.
Durante su intervención, Mario Cimoli agradeció al Ministerio de Salud de Chile por la confianza depositada en la CEPAL al solicitar una asistencia técnica para apoyar el proceso de reforma al sistema de salud nacional y enfatizó que contar con acceso universal a los sistemas de salud es determinante para avanzar hacia un desarrollo con igualdad en la región.
“No se puede crecer con alta productividad, competitividad global e inclusión social si la población no puede acceder a una atención de salud de calidad. A eso nos referimos cuando hablamos de la ineficiencia de la desigualdad”, remarcó y agregó que la capacidad de los Estados de recaudar suficientes recursos para financiar sistemas universales, integrales, sostenibles y resilientes es clave para llevar a cabo las reformas necesarias en la región, uno de cuyos pilares debería ser el fortalecimiento de la atención de salud primaria.
La Ministra de Salud de Chile, María Begoña Yarza, agradeció la labor de los distintos organismos del Sistema de las Naciones Unidas que apoyan el proceso de reforma en Chile, entre ellas la CEPAL y la OPS. “Vinimos a esta casa, a la CEPAL, a pedirles que colaboraran con el mayor desafío, después de la reforma de 1952, que Chile tiene en el plano de la salud. Y lo que obtuvimos fue una recepción generosa de esta organización, donde se hablan los temas del desarrollo, porque no se puede hablar de desarrollo si no hablamos de salud”, dijo.
En Chile, aseguró la Ministra, la salud depende de la capacidad de pago de las personas, por lo que uno de los primeros desafíos de la reforma en proceso es terminar con la inequidad estructural existente y transitar hacia un sistema universal de salud, sostuvo.
Por su parte, Carissa F. Etienne, de la OPS, señaló que “los datos son claros: la región de las Américas reporta el mayor número de casos de COVID-19 y el mayor número de fallecimientos. Nuestra infraestructura pública de salud no estaba preparada y nuestros sistemas de salud fragmentados, segmentados y desfinanciados”.
La alta funcionaria manifestó que “ha llegado el momento de transformar sustantivamente nuestros sistemas de salud, transformación que debe estar guiada por un análisis exhaustivo del desempeño de estos sistemas durante la pandemia y basarse en el principio de que todos en esta región tienen derecho a la salud”.
Según datos de la CEPAL, el gasto público en salud en América Latina y el Caribe corresponde a un 3,8% del PIB, lejos de la recomendación del 6% del PIB de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la misma línea, 32,2% del gasto total en salud en la región corresponde a gasto de bolsillo de los hogares (en comparación con 21% países de la OCDE), con un tercio de los países de América Latina y el Caribe con una participación del gasto de bolsillo superior al 40% del gasto total, lo cual expone a la población a situaciones críticas de desprotección financiera, particularmente ante la suma de crisis que vive la región (económica, sanitaria y social).
Los sistemas de salud y de protección social deben estar en el centro de las estrategias de desarrollo sostenible, ha planteado la CEPAL, para lo que es fundamental consolidar un pacto social centrado en derechos e igualdad, vinculado a un pacto fiscal progresivo que garantice la sostenibilidad financiera de los sistemas de salud y que avance hacia un Estado de bienestar.