El presidente de Kazajistán se pone al frente del Consejo de Seguridad Nacional y anuncia que actuará con firmeza en medio de las protestas
El presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáev, ha anunciado este miércoles en rueda de prensa que asume desde hoy el cargo de presidente del Consejo de Seguridad Nacional, en respuesta a las protestas por los precios de combustible que han desembocado en violentos enfentamientos con la Policía en varias regiones del país.
«En calidad de jefe de Estado y, desde hoy, de presidente del Consejo de Seguridad, tengo la intención de actuar con máxima firmeza», aseveró Tokáev. «En breve presentaré nuevas propuestas sobre la transformación política de Kazajistán. Sigo siendo partidario de las reformas graduales», agregó.
En su discurso, Tokáev condenó las acciones violentas de los manifestantes que, según dijo, ya se han cobrado las vidas de miembros de las fuerzas policiales. «En nuesta querida ciudad ocurren ataques masivos contra los agentes del orden público. Entre ellos hay muertos y heridos», dijo.
Por otra parte, el jefe del Estado subrayó que tiene la intención de permanecer en la capital del país centroasiático «junto al pueblo». «Junto superaremos estos tiempos oscuros en la historia de Kazajistán y saldremos más fuertes», afirmó.
Asimismo, el presidente kazajo expresó la sospecha de que las protestas pudieran haber sido planeadas de antemano. «Llama la atención el buen nivel de organización de los elementos insubordinados. Eso demuestra que había un plan minuciosamente elaborado de las acciones de los conspiradores que pudieron haber sido motivados económicamente», señaló.
Consecuencias políticas
Hasta ahora, el Consejo lo encabezaba de forma vitalicia el expresidente kazajo, Nursultán Nazarbáyev, que asumió el cargo en 2019, tras dejar la Presidencia del país centroasiático, y que habría tenido que dejar el cargo ante la exigencia de los manifestantes de que fuera apartado del poder. Pese a que, formalmente, ya no era jefe del Estado, su enorme influencia ponía en tela de juicio la autoridad del mandatario Kasim-Yomart Tokáev, que a partir de ahora concentrará todo el poder en las estructuras clave del Gobierno.
Las protestas masivas por la subida de los precios del gas licuado del petróleo, con el que se abastecen la mayoría de vehículos en la región, estallaron en la ciudad de Janaozen el pasado 2 de enero y han derivado en enfrentamientos violentos por todo Kazajistán en medio de las reivindicaciones económicas y políticas de los manifestantes.
No contentos con la dimisión del Gobierno, ocurrida la noche de este miércoles, unos 3.000 manifestantes intentaron irrumpir en varios edificios administrativos, provocando un incendio en la sede del Gobierno regional o ‘akimat’ de Almatý.
Ante la creciente ola de violencia, el mandatario kazajo decretó el estado de sitio en Nursultán, la capital del país, en Almatý y en la provincia de Mangystau, que estará vigente hasta las 00:00 del 19 de enero, con el objetivo de «restablecer el orden público».
Asimismo, ordenó la imposición durante 180 días de una regulación gubernamental de los precios del gas líquido, petróleo y diésel, a fin de estabilizar la situación socioeconómica.