Fernando Mier-Hicks, mexicano que construyó robot que llegó a Marte
Es parte del proyecto Perseverance; impartió una plática en la Universidad Anáhuac Mayab
Lo que detonó el amor e interés por la tecnología en Fernando Mier-Hicks, ingeniero en Robótica de la NASA, fue un transformador; los hay dentro de una caja de toques. Cuando estaba en la primaria, un compañero de su escuela la llevó al salón y quedó maravillado con esta “magia negra”.
“Para mí eso era magia negra, cómo una pila y un montón de alambres te iban a dar toque y de ahí empece a investigar más y más la electrónica”, expresó durante una charla que impartió este 26 de agosto a estudiantes de la Universidad Anáhuac Mayab.
El doctor en ingeniería aeroespacial participó en el jueves de Liderazgo Emprendedor, evento realizado por la Dirección de Emprendimiento de la Universidad, donde compartió su experiencia de ser parte del equipo que construyó el Rover Perseverance, robot que llegó a Marte.
Mier-Hicks comenta que su principal trabajo dentro de la NASA es mandar robots a otros planetas, así como construir naves espaciales que visitan Júpiter, Saturno y que toman fotos.
El proyecto más novedoso y reciente es el Perseverance, un robot que fue enviado y aterrizó en febrero de este año en el planeta rojo, con la misión de recolectar unas muestras y para ser analizadas y, así, buscar indicios de vida.
“Es el primer paso de una saga gigantesca que los humanos estamos afrontando para traer estas muestras de Marte hacia la Tierra”, resaltó.
El proyecto, indicó, tardó más de 10 años en ser diseñado y más de 3 mil ingenieros han participado en este “oasis tecnológico” que se dedica hacer este tipo de misiones.
“¿Qué se siente trabajar en la NASA?”, preguntó una alumna de la casa de estudios.
“Es orgullo, me siento contento de trabajar en una centro tan especializado, donde hacemos misiones históricas que no mucha gente se puede involucrar”, expresó el ingeniero.
Al mismo tiempo, señaló que se siente humilde, pues está contribuyendo en estas misiones tan especiales que pueden detonar muchos descubrimientos. “Sentimientos encontrados de orgullo y humildad al mismo tiempo”, precisa.
Por otro lado, reconoció que trabajar en la NASA no estaba dentro de sus metas principales, ya que lo veía como un “sueño guajiro” imposible de alcanzar.
Pero lo que sí consideró mientras estudiaba su carrera de Ingeniería Mecatrónica en el Tecnológico de Monterrey, fue estudiar un posgrado en el extranjero y desarrollar nuevas tecnologías, algo que en su país natal (México) no podía hacer.
Entonces desde el primer semestre empezó a investigar cuáles serían los requisitos y trámites que debería cumplir para poder aplicar a posgrado en Estados Unidos. “Tienes que estar preparado estratégicamente, no es sólo buenas calificaciones hay requerimientos específicos y si lo sabes antes es más fácil acatarlos”, indicó.
También dijo que realizó estancias de investigaciones durante los veranos y al final lo aceptaron en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) para estudiar maestría en Ingeniería Aeroespacial.
A partir de aquí fue cuando se dio cuenta de que este sueño “imposible”, se visualizó como algo más tangible. “Me quité esa barrera mentalmente”. Después concluir con su maestría, aplicó en la NASA y resultó ser elegido.
Para el ingeniero en mecatrónica es una ventaja muy grande saber qué es lo que uno quiere y así cumplir esos “sueños locos”. Es decir, estudiar, hacer una investigación de como te debes preparar para cumplir esa meta; empezando por pequeñas hasta llegar a la más grande.
“Si desde el inicio ya sabes lo que quieres puedes investigar como prepararte para incrementar sus posibilidades y cumplir ese sueño, si quieres ser presidente de México desde el primer semestre de tu carrera te pones a investigar que han hecho otros presidentes, fíjate en el primer paso que debes dar”, compartió.
Asimismo, dijo que para no llevarse sorpresas en el campo laboral, al concluir los estudios recomendó investigar como está la situación de las personas que laboran en lugares donde aspiran a trabajar. Cómo es la paga, la jornada laboral y ver sí quieren ir ahí y, así, no esperar hasta estar trabajando en ese lugar.
“Si te pones a hacer tu tarea de cómo quieres vivir en cuatro años, puedes investigar y no sorprenderte, y te vas a dar cuenta de la realidad de la vida, de que las cosas son más duras de lo que pensamos”, expresó.
Por lo tanto, compartió una ecuación para alcanzar la felicidad: “La expectativa menos la realidad. Si no son iguales no vas a hacer feliz, tenemos que hacer que la realidad sea menor que tus expectativas y no al revés”.
Fuente: La Jornada Maya