Guía útil para que chicos y adolescentes mantengan una vida saludable
Las personas con obesidad, de cualquier edad, tienen un mayor riesgo de sufrir los efectos graves del coronavirus Cómo promover la prevención entre los más jóvenes.
La pandemia por COVID-19 no da tregua y sigue modificando los hábitos en todos los ámbitos: familiar, social y laboral. La falta de actividad física, con alimentación poco saludable y el desorden en los horarios son factores que se visualizan con aumento de sobrepeso en niñas, niños y adolescentes, remarca la Sociedad Argentina de Pediatría.
Lo que se sabe en esta segunda ola es que las personas con obesidad, incluidos los chicos, tienen un mayor riesgo de sufrir los efectos graves del COVID-19.
Esto pone de relieve la importancia de reconocer la obesidad como una enfermedad crónica que afecta a muchos pacientes y con características que hacen más probable el COVID-19 grave, con la función inmunológica desregulada y la inflamación crónica. El tratamiento de la obesidad durante la epidemia no debe quedar en suspenso.
Algunos consejos que podemos implementar:
- Elegir comidas y refrigerios programados, bien equilibrados en nutrientes.
- Limitar o eliminar las bebidas azucaradas.
- Fomentar las comidas en familia cuando sea posible y apagar las pantallas al comer.
- Planificar la hora de acostarse, incluso los fines de semana.
- Evitar el uso de las pantallas digitales en el dormitorio.
A menos que exista un problema de salud importante que requiera la atención de un pediatra o especialista, el plan para los chicos en la adolescencia es la prevención. “Los niños siguen creciendo, lo que significa que queremos estabilizar el peso durante el crecimiento, lo que promueve la nivelación del índice de masa corporal (IMC) con el tiempo”, explica la especialista. “Incluso para el tratamiento de la obesidad pediátrica, el objetivo es comer regularmente alimentos equilibrados, actividad regular y un estilo de vida saludable”.
Los pediatras también deben familiarizarse con los factores complejos e interconectados que conducen a una mala nutrición, disminución de la actividad y aumento excesivo de peso y cómo estos factores pueden verse afectados por la pandemia.
Con la pandemia COVID-19 , muchos entornos familiares cambiaron a escenarios irreconocibles, aumentando el estrés para los niños y las familias. En la consulta, las indicaciones tienen que contemplar la etapa de desarrollo y las características socioeconómicas, culturales y psicológicas de cada hogar.