«Los peces» de la apnea, los aficionados a la inmersión que ayudan a limpiar el mar Caribe
Un grupo de aficionados a los deportes acuáticos decidió hacer su aporte a la defensa del medioambiente para lo cual se sumergen en las aguas del caribe colombiano donde hacen jornadas de limpieza submarina y llaman la atención sobre la necesidad de proteger los océanos.
Los «peces» de la apnea, de un club deportivo de Barranquilla, se reúnen de lunes a viernes para practicar natación en piscinas o aguas confinadas y reservan los fines de semana para aventurarse en lo más profundo de aguas como las de Taganga, un pueblo de pescadores cercano Santa Marta, o en Cartagena de Indias, donde hacen la limpieza submarina.
«Buscamos hacer conciencia de que esto tan bonito hay que cuidarlo», señala el apneísta Elkin Castro, quien explica que cuando van a las playas las encuentran contaminadas y con residuos sólidos, una situación causada por la basura que dejan los turistas, según dice.
Castro también denuncia que «la problemática por residuos plásticos en el mar es real» y que casi el 70 % de los residuos que extraen «son plásticos como bolsas, icopor, cepillos de dientes y envolturas de alimentos».
A través del deporte, este club lleva a cabo «diferentes actividades para mermar la utilización de plásticos de un solo uso» como recolección de basura, siembra de corales y concientización a través de redes sociales, cuenta la apneísta María Camila Atencio.
Según datos de la ONU, entre el 75 % y el 85 % de la basura en el mar del Caribe proviene de las actividades terrestres y la mayoría está compuesta de plásticos. Asimismo, se estima que más de 800 especies marinas y costeras se ven afectadas por esta contaminación por ingestión, enredo y otros peligros.
DEVOLVERLE AL MAR SU GENEROSIDAD
Colombia es un destino turístico para hacer buceo y es el segundo país más biodiverso del mundo, con costas en el océano Atlántico y el Pacífico.
El país cuenta con puntos de inmersión como Cartagena de Indias, la isla de Barú y el archipiélago de San Bernardo, así como Santa Marta, el caserío de Taganga y el Parque Nacional Natural Tayrona, sitios frecuentados por «los peces» de la apnea.
«Podemos sumar parte de nuestras respiraciones para descender al fondo marino y extraer los residuos(…) Lo hacemos de mil amores porque estamos desarrollando el deporte que nos encanta y estamos sumando un granito de arena a la solución de esta problemática», cuenta Castro.
«Es una forma de exigirnos», dice por su parte Atencio, quien indica que es decirle al cuerpo que debe devolverle al mar su generosidad con la apnea recogiendo plásticos.
Las cifras son alarmantes, según Greenpeace Colombia, que señala que en el país se producen 1,25 millones de toneladas de plástico cada año, lo que equivale a 24 kilos de plástico desechado por cada colombiano que «invaden las ciudades y contaminan mares, ríos y manglares».
MÁS QUE UN DEPORTE EXTREMO
«La apnea es ese encuentro con la libertad, me puedo fundir con el elemento agua y es un momento de intimidad», indica Castro, quien explica que como mamíferos cercanos a los delfines o las ballenas «tenemos ciertas adaptaciones fisiológicas que se nos dan para poder practicar este deporte».
Su objetivo «es sumar personas» que lo acompañen a vivir este tipo de aventuras porque «es gratificante cuando otras personas viven esta experiencia y quedan maravilladas».
Atencio declara enfática: «La apnea es terapia, meditación y concentración. Es la capacidad de conectarme con mi mente y mi ser. Logro conversar conmigo misma y con mi cuerpo».
«Es una experiencia enriquecedora porque aunque sabes que no eres la solución definitiva al problema, eres parte de la solución y así creas conciencia sobre estas acciones para cuidar el medio ambiente», señala.
Los apneístas coinciden en que buscan llegar a entidades educativas, públicas y privadas para multiplicar y masificar el mensaje de conservación: «De nada me vale venir todos los sábados a sacar basuras del fondo del mar si el mensaje no ha llegado a las personas que lo tiran», concluyen.