Lugares misteriosos de Yucatán: Osario de Chichén Itzá, conectado con el inframundo

En el edificio hallaron tumbas y ofrendas, así como un túnel

El Osario de Chichén Itzá en Yucatán es un edificio misterioso ubicado en dicha zona arqueológica, el cual también es conocido como Tumba del Gran Sacerdote pues en su entrada se encontraron siete tumbas con vasijas de barro y ofrendas.

Dicha estructura, mide más de 10 metros de alto y se compone de nueve cuerpos escalonados, siendo muy semejante al Castillo, al grado de parecer una réplica, con la diferencia de tener menos altura y que en el menor de sus cuerpos hay un friso recubierto de relieves mitológicos decorado en sus esquinas con la efigie del dios Chaac.

Originalmente, formó parte de un complejo monumental que comunicaba con el Cenote Xtoloc.

Decoración
La pirámide tiene una original decoración, que incluye serpientes de diferentes tipos, pájaros mitológicos, hombres-pájaros-serpientes, hombres con máscaras de dioses y mascarones, entre otros motivos.

Además, cuenta con inscripciones, en una de las cuales se registra la fecha 894 d.C.

También, tiene balaustradas talladas con serpientes entrelazadas que conducen a un templo en la cima, cuya entrada exhibe dos columnas de serpientes.

Obertura hacia el inframundo

Un detalle misterioso de este templo es que en la parte superior tiene una abertura ya clausurada que servía de entrada a una profunda escalera que permitía llegar al nivel inferior del edificio y luego se internaba por un túnel natural que avanzaba kilómetros bajo tierra.

Los nativos participantes en las primeras exploraciones aseguran que el largo pasadizo puede medir más de 20 kilómetros y que desemboca en otra ciudad maya cercana, probablemente Yaxuná.

Según la tradición, este túnel o caverna, “representa el umbral entre el mundo de los muertos y el paraíso”.

De hecho el edificio fue construido sobre una cueva y es posible que se le considerara una entrada al inframundo por parte de los mayas.

Este edificio tenía relevancia entre los mayas no sólo por su elaborada iconografía, sino aún siglos después del abandono de la ciudad en el sitio se depositaron incensarios rituales.

En la cavidad fueron encontrados una serie de objetos como esculturas de tamaño medio, restos óseos y objetos de concha.

Fuente: Novedades Yucatán