Ni alertas ni covid frenan la maquinaria del turismo en QRoo
Hoy Quintana Roo es una de las pocas entidades, si no la única, que mantiene una comunicación fluida con las autoridades estadunidenses sobre las alertas de viaje que emite periódicamente.
A pesar de ello, tanto en temas de seguridad, como en lo que se refiere a la pandemia, el estado turístico número uno
fue señalado este 13 de julio en nivel tres de las cuatro calificaciones que otorga el vecino del norte invitándolos a reconsiderar sus viajes.
Rubén Olmos, quien representa a Quintana Roo en Washington con su firma Global Nexus, sigue haciendo un esfuerzo consistente para contextualizar la información que tienen los estadunidenses.
Pero las cifras de llegadas y conectividad aérea no sólo se siguen recuperando asombrosamente, sino que, incluso, están superando las expectativas de las propias autoridades.
*Marisol Vanegas, secretaria de Turismo de Quintana Roo, tiene datos duros reveladores, como el hecho mismo de que los días más “flojos” el aeropuerto de Cancún ya está recibiendo 450 operaciones diarias, que se elevan a un promedio de entre 500 y 550 durante los fines de semana.
Además de la apertura de rutas impensables como la nueva de Miami a Chetumal, debido al éxito de Bacalar, y que antes de la pandemia había vuelos desde 39 ciudades estadunidenses a Quintana Roo, y ahora ya son 42.
Y vienen finalmente los canadienses y los sistemas de reservaciones de la aerolínea Air Transat, con base de operaciones en Montreal, tiene los primeros vuelos previstos para finales de julio.
En total hay 7.5 millones de asientos disponibles para este segundo trimestre, sin charters, lo que significa que ya se
podrá hablar de una recuperación plena para 2022.
Vaya, Vanegas se ha equivocado, pero porque se quedó corta en su proyección de que llegarían 2.86 millones de turistas por vía aérea en el verano, pues ahora el pronóstico es que serán 3.2 millones contra los 3.6 millones del verano de hace dos años.
En ese periodo, 65% de los viajeros internacionales provenían de Estados Unidos y ahora la cifra es de 80%, lo que se irá ajustando conforme se abran los mercados emisores europeos y latinoamericanos; al tiempo que los vecinos del norte tengan más opciones hacia dónde viajar.
Ello no significa que no haya una situación de alerta por el rumbo que está tomando la pandemia, pues, para empezar, está documentado un cambio estructural en la edad de los contagios con una mayor incidencia en el grupo de entre 20 y 29 años de edad.
El escenario es que sólo bajará cuando, dentro de por lo menos un par de meses, se complete el proceso de vacunación en Quintana Roo a las personas que se encuentran en dicho rango.
Si bien la tasa de mortalidad se ha reducido por la mayor resistencia de los jóvenes, también es un hecho que tienden a socializar más y a ser menos precavidos que las personas de mayor edad.
Dado que el gobierno del estado carece de facultades para acotar la entrada de viajeros internacionales, pues es una potestad federal, la única opción práctica son las 20 mil pruebas que se están aplicando diariamente en Quintana Roo y la obligación de hacérselas como lo están exigiendo algunos hoteles.
En un panorama que sigue siendo complejo, parece inviable frenar la gigantesca maquinaria del turismo que ya están en marcha en Quintana Roo nuevamente.
Hoy Quintana Roo es una de las pocas entidades, si no la única, que mantiene una comunicación fluida con las autoridades estadunidenses sobre las alertas de viaje que emite periódicamente.
A pesar de ello, tanto en temas de seguridad, como en lo que se refiere a la pandemia, el estado turístico número uno
fue señalado este 13 de julio en nivel tres de las cuatro calificaciones que otorga el vecino del norte invitándolos a reconsiderar sus viajes.
Rubén Olmos, quien representa a Quintana Roo en Washington con su firma Global Nexus, sigue haciendo un esfuerzo consistente para contextualizar la información que tienen los estadunidenses.
Pero las cifras de llegadas y conectividad aérea no sólo se siguen recuperando asombrosamente, sino que, incluso, están superando las expectativas de las propias autoridades.
*Marisol Vanegas, secretaria de Turismo de Quintana Roo, tiene datos duros reveladores, como el hecho mismo de que los días más “flojos” el aeropuerto de Cancún ya está recibiendo 450 operaciones diarias, que se elevan a un promedio de entre 500 y 550 durante los fines de semana.
Además de la apertura de rutas impensables como la nueva de Miami a Chetumal, debido al éxito de Bacalar, y que antes de la pandemia había vuelos desde 39 ciudades estadunidenses a Quintana Roo, y ahora ya son 42.
Y vienen finalmente los canadienses y los sistemas de reservaciones de la aerolínea Air Transat, con base de operaciones en Montreal, tiene los primeros vuelos previstos para finales de julio.
En total hay 7.5 millones de asientos disponibles para este segundo trimestre, sin charters, lo que significa que ya se
podrá hablar de una recuperación plena para 2022.
Vaya, Vanegas se ha equivocado, pero porque se quedó corta en su proyección de que llegarían 2.86 millones de turistas por vía aérea en el verano, pues ahora el pronóstico es que serán 3.2 millones contra los 3.6 millones del verano de hace dos años.
En ese periodo, 65% de los viajeros internacionales provenían de Estados Unidos y ahora la cifra es de 80%, lo que se irá ajustando conforme se abran los mercados emisores europeos y latinoamericanos; al tiempo que los vecinos del norte tengan más opciones hacia dónde viajar.
Ello no significa que no haya una situación de alerta por el rumbo que está tomando la pandemia, pues, para empezar, está documentado un cambio estructural en la edad de los contagios con una mayor incidencia en el grupo de entre 20 y 29 años de edad.
El escenario es que sólo bajará cuando, dentro de por lo menos un par de meses, se complete el proceso de vacunación en Quintana Roo a las personas que se encuentran en dicho rango.
Si bien la tasa de mortalidad se ha reducido por la mayor resistencia de los jóvenes, también es un hecho que tienden a socializar más y a ser menos precavidos que las personas de mayor edad.
Dado que el gobierno del estado carece de facultades para acotar la entrada de viajeros internacionales, pues es una potestad federal, la única opción práctica son las 20 mil pruebas que se están aplicando diariamente en Quintana Roo y la obligación de hacérselas como lo están exigiendo algunos hoteles.
En un panorama que sigue siendo complejo, parece inviable frenar la gigantesca maquinaria del turismo que ya están en marcha en Quintana Roo nuevamente.