La tortuga blanca o verde (Chelonia mydas) es una de las más representativas de su especie y Tulum, en Quintana Roo, se ha convertido en su principal punto de anidación, destacó Miriam Tzeek, miembro de la cooperativa Tulum Sostenible y ex presidente del Comité Estatal de la Tortuga Marina.

“Esta tortuga recibe su nombre común según la región donde se encuentre: en el Golfo de México la conocemos como verde, en el Caribe Mexicano como blanca y en el Pacifico como negra o prieta. Su nombre común se debe a algunas de las características con las que cuenta, por ejemplo: blanca porque, en su etapa de cría, el plastrón es blanco y sus aletas cuentan con bordes blancos; verde debido a su grasa corporal y negra por la característica oscura de la cabeza y el caparazón”, dijo.

Explicó que es la segunda especie más grande de las tortugas marinas después de la laúd, llegando a medir más de 100 centímetros de largo del caparazón, en Quintana Roo se han registrado hembras anidadoras de hasta 120 centímetros de largo del caparazón y puede llegar a pesar hasta 200 kilos.

De los machos se sabe muy poco, ya que ellos visitan en contadas ocasiones, por no decir nunca, las playas, evitando ser observados con facilidad.

Para distinguir la hembra del macho basta con mirar el tamaño de la cola.

Indicó que para distinguir una especie de otra observan el número de escudos tanto de la cabeza como del caparazón. La tortuga blanca por ejemplo tiene en su caparazón 5 escudos centrales y 4 pares de escudos laterales y un sólo escudo nucal ancho. En cuanto a la cabeza, presenta un par de escamas prefrontales entre los ojos y cuatro pares de escamas post-orbitales. En cada aleta tiene una uña, siendo más grande en los machos, ya que les sirve para prensarse de la hembra durante el apareamiento.

Cuando son pequeñas estas tortugas se alimentan de pequeños invertebrados como cangrejos, poliquetos, medusas, caracoles y gusanos, pero conforme van creciendo se van especializando más en pastos marinos y algas, características que encontramos en las aguas someras de Tulum, principalmente en zonas como la bahía de Akumal, en donde por muchos años se ha mantenido este sitio como refugio para tortugas blancas juveniles que encuentran en la bahía el sitio idóneo para alimentarse y refugiarse. La preferencia por este tipo de alimentación se debe principalmente al órgano bucal, la cabeza chata y el pico aserrado le facilitan el corte de los vegetales. En zonas como Veracruz se han hallado hasta hojas de mangle en el estómago de estos individuos.

Una de las principales contribuciones de esta especie al ciclo de la vida es que las tortugas blancas permiten la recirculación de los nutrientes en los ambientes en los que habitan, permitiendo el constante crecimiento y rejuvenecimiento de las praderas y los pastos marinos.

Expuso que las tortugas blancas se caracterizan por presentar comportamientos de filopatria, es decir, las hembras vuelven a la misma playa donde nacieron para ahora ellas anidar con una precisión digna de ser mencionada, destacando su fidelidad al sitio de anidación. En cuanto a la playa de anidación, ellas prefieren anidar cerca de la duna, se toman su tiempo para elegir el sitio correcto donde depositarán los huevos y suelen hacerlo a profundidades considerables, ocultándolos de los depredadores y luego otro tiempo más que dedican al camuflaje del nido, tomándose hasta unas 2 o 3 horas en total desde el momento que salen del mar hasta que se retiran.

Miriam Tzeek dijo que en general la temperatura del medio ambiente juega un rol muy importante en el desarrollo y éxito de supervivencia en cualquier etapa de las tortugas marinas en general, característica de todos los reptiles, es por eso que ellas son consideradas como “especies bandera”, lo cual significa que “al estudiarlas a ellas estamos estudiando también al medio ambiente en el cual habita; y viceversa, si nosotros protegemos el medio ambiente no sólo protegemos a las tortugas sino también a todas las especies que suelen ser vulnerables a las temperaturas ambientales, por ellos se les nombra como especies centinelas”.

Declaró que la eclosión ocurre unos 60 días después de la puesta, dependiendo de la temperatura del medio ambiente, es decir, a mayor temperatura el proceso de eclosión se acelera y a menor temperatura y mayor humedad, la eclosión se retrasa hasta unos 80 días después de la puesta. Otra afectación que tiene la temperatura sobre el desarrollo en la etapa de la incubación es en la proporción de hembras y machos, es decir, para que una población se considere saludable y permanezca con éxito a través del tiempo debe haber una constante riqueza genética, sin embargo las temperaturas del medio cada vez son más cálidas debido a la degradación de la capa de ozono, la deforestación, etcétera, resultando en la generación de un mayor número de hembras y una menor proporción de machos, lo que hace vulnerables a cualquiera de las poblaciones de tortugas marinas que habitan en el planeta, destinándolas a la extinción a lo largo del tiempo.

Manifestó que en los últimos años ha aumentado el número de tortugas blancas registradas con enfermedades como el fibropapiloma, enfermedad que según los expertos deriva del estrés generado por diversos motivos, unos de los cuales es la competencia por el alimento, lo cual depende del equilibrio ambiental, equilibrio que se ve amenazado por el exceso de elementos orgánicos en el océano, que vienen de los asentamientos urbanos con falta de manejo adecuado de sus desechos sólidos y orgánicos.

La basura proviene de una generación humana acostumbrada al uso de los elementos para una sola ocasión que son lanzados a los tiraderos a cielo abierto, en donde cada vez hay menos espacio, elementos que generan lixiviados que pasan por las corrientes subterráneas y que desembocan al mar. Una cadena de costumbres que amenazan no sólo a las tortugas marinas sino al hombre mismo.

“Quintana Roo aporta más del 60 por ciento de la población de las tortugas blancas de todo el país, Tulum aporta más del 80 por ciento de la población de todo Quintana Roo. Por otro lado, México es uno de los principales países con reservas de manglar en todo el mundo, Quintana Roo es uno de los estados con más manglar de todo el país. Es verdad que en la actualidad existen varios programas de protección y de conservación, además de normas nacionales, leyes y tratados internacionales que protegen a estas especies, sin embargo nada será suficiente si no accionamos directamente sobre el problema de raíz: el calentamiento global generado por una época de consumismo desmedido y asentamientos urbanos sin planeación en áreas de suma importancia para el planeta, tales como los sitios de manglar, que se saben que son zonas de captación de carbono tan necesarias para revertir el cambio climático ahora mismo en el presente.

La bióloga resaltó que si tan sólo Tulum diera prioridad al medio ambiente al momento de tomar decisiones sobre el desarrollo urbano y turístico, al manejo adecuado de sus desechos, creando leyes locales que lleven a la población a pensar en acciones mas amigables con el medio ambiente, protegería con esto no solamente sus áreas de manglar, sino a su vez estaría contribuyendo a revertir el cambio climático y al rescate de muchas especies que dependen del clima, lo que derivaría de una manera muy natural y orgánica en la generación económica basada en el cuidado de sus tesoros y características únicas y naturales, convirtiéndose así en un verdadero pueblo mágico.