Una guía para entender la COP27 si es de Latinoamérica y el Caribe
Este domingo comenzó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), un espacio de dos semanas en el que se reúnen delegados de más de 190 países para negociar cómo desacelerar el cambio climático y prepararnos ante los impactos que desde ya empieza a dejar. Serán dos semanas de conversaciones técnicas y complicadas a las que no es fácil seguir la pista. América Futura preparó una breve guía para navegar mejor la COP27 y entender cuál es la postura con la que llega América Latina a estas conversaciones.
Una región históricamente no tan responsable del cambio climático
Cuando se habla de qué países son los mayores responsables del cambio climático, hay dos datos que se deben tener en cuenta: los gases de efecto invernadero que emite cada región actualmente y la suma de estas emisiones históricas. Por ejemplo, para el año 2019, nuestra región representaba el 10% de las emisiones totales globales que se generaron ese año, posicionándola en un tercer lugar, solo por debajo de Asia Oriental (27%) y Norteamérica (12%).
Pero si se miran las cifras históricas el panorama cambia. Desde la revolución industrial (1850) – momento que se considera como una especie de hito que dio inicio al cambio climático causado por actividades humanas – , Latinoamérica y el Caribe generó el 11% de las emisiones globales. Desde esta perspectiva la región se convierte en la cuarta con más emisiones, por debajo de Norteamérica (23%), Europa (16%) y Asia Oriental (12%).
Un tema importante, sin embargo, es que también es una región muy desigual, incluso en sus emisiones. Mientras que dentro de los 20 países del mundo que más han contribuido históricamente al cambio climático están Brasil (cuarto), Argentina (14) y México (15), la mayoría de países de Centroamérica, así como las islas, generan menos del 0,1% de las emisiones globales. Claro, esto está relacionado con el tamaño del país, su población y economía. Pero es un dato que hay que tener en cuenta a la hora de entender con qué peticiones llega cada delegación a las negociaciones climáticas de la COP27
Latinoamérica y el Caribe no negocia en bloque
En la mayoría de negociaciones internacionales la región negocia junta, bajo el nombre del Grupo América Latina y el Caribe (Grulac). Pero en las negociaciones de cambio climático, los países se empezaron a atomizar. Como lo recuerda Jimena Nieto Carrasco, quien fue parte de la delegación colombiana que participó en las negociaciones del Acuerdo de París y que actualmente es miembro del Comité de Cumplimiento del Acuerdo, “tener una geografía y unas posturas tan diversas hizo que se generaran nuevos grupos. Negociar como América Latina implica poner de acuerdo a islas del Caribe, incluida Cuba, que son las más vulnerables al cambio climático y que necesitan más acción. Pero también a gigantes como Brasil, que ha tenido posturas de no ser ambicioso con la acción climática”.
Aunque esta división entre grupos ha permitido que las negociaciones climáticas no se tranquen y puedan avanzar, también le ha quitado a la región el poder que tiene hablar desde una mayoría. A través de los años, los grupos se han rearmado y desarmado. También hay países que participan en más de un bloque. Actualmente están así:
AILAC: Bajo el nombre Asociación Independiente de América Latina y el Caribe (AILAC), están reunidos los países de la región que buscan una alta ambición climática. Es decir, que también consideran que los países de la región deben disminuir sus gases efecto invernadero con ambición. Hacen parte de este grupo Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú.
ALBA: La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América reúne a los países de la región que están en contra de la mercantilización de la naturaleza y, en el contexto de las conversaciones de cambio climático, consideran que, como no tienen mayor responsabilidad en la generación de gases efecto invernadero, no deben ser ambiciosos en sus metas climáticas. Hacen parte de este grupo Cuba, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Antigua y Barbuda, Dominica, Santa Lucía y San Vicente y Las Granadinas.
AOSIS: La Alianza de Pequeños Estados Insulares reúne a las pequeñas islas de todo el mundo. Han tenido un gran protagonismo en las negociaciones climáticas ya que son altamente vulnerables al aumento del nivel del mar y la erosión costera, a pesar de no ser responsables del cambio climático. De América Latina y el Caribe hacen parte de este grupo Cuba, Antigua y Barbuda, Dominica, Santa Lucía, San Vicente y Las Granadinas, Guyana, Surinam, Bahamas, Barbados, Granada, Jamaica, Malvinas, San Cristóbal y Nieves, Trinidad y Tobago, y Haití.
México: Hace parte del Environmental Integrity Group que solo está conformado por seis estados de distintas partes del mundo y que incluyen economías desarrolladas y en desarrollo: México, Liechtenstein, Mónaco, Corea del Sur, Suiza y Georgia.
Brasil: Hace parte del grupo BASIC. El nombre viene de las siglas de los países que lo conforman y que se consideran economías emergentes: Brasil, Sudáfrica, India y China.
¿Un trato preferencial para África antes que a Latinoamérica y el Caribe?
En las negociaciones climáticas existe una figura conocida como “circunstancias especiales” que se les da a ciertos grupos de países que son considerados más vulnerables ante el cambio climático, lo que les garantiza más atención, por así decirlo. Hasta el momento, solo se ha reconocido esta figura para los países insulares y los países menos desarrollados. Sin embargo, explica Nieto, el continente africano– que a diferencia de América Latina y el Caribe sí negocia en grupo – siempre ha tenido el deseo de estar bajo esa sombrilla de circunstancias especiales. “Lo ha querido durante años, pero los negociadores de Latinoamérica han logrado bloquearlo”.
Para el caso de la COP27 volvieron a solicitar que sea un tema que haga parte de la agenda de negociación y debido a que este la Conferencia se realizará en Egipto, lo que significa que la presidencia de la COP27 es africana, pueden tener más probabilidades de que el tema se discuta. “Hay una realidad y es que los recursos para el cambio climático son escasos”, añade Isabel Cavelier, exnegociadora a la COP y cofundadora del centro de pensamiento colombiano Transforma. “Así que África lleva muchos años argumentando que ellos tienen una vulnerabilidad especial. Pero si a África se le otorgan las circunstancias especiales, entonces solo América Latina y otros pocos países de ingreso medio en Asia quedarían excluidos de una priorización que privilegiaría a las islas, los países menos adelantados y todo el continente africano”. En la práctica esto se podría traducir en una menor oportunidad para acceder a los recursos de la cooperación internacional que necesita Latinoamérica para adaptarse y planificarse teniendo en cuenta el cambio climático.